El primer largometraje de Santiago A. Zannou, "El truco del manco", ha conseguido ya, a pesar de que no se estrenará hasta el próximo 16 de enero, tres candidaturas a los Goya en la edición 2009: mejor dirección novel, mejor actor revelación (Juan Manuel Montilla “Langui”) y mejor canción original (“A tientas”).
“El truco del manco”, protagonizada por Juan Manuel Montilla, “Langui”, disminuido físico y cantante del grupo de hip-hop “La Excepción”, es la historia de
un joven, Enrique, alias ‘Cuajo’, que sufre una parálisis cerebral, minusvalía que le impide mover con normalidad brazos y piernas y le dificulta el habla. Junto con su amigo Adolfo, intentará levantar un estudio de música, su gran pasión.
El filme es “un grito alto que se escucha en los barrios” según su director, Santiago A.Zannou, un madrileño de 32 años, hijo de africano y aragonesa y que ya fue candidato en 2004 al Goya al mejor corto con “Cara Sucia”.
La película se basa “en la honestidad y en la verdad”, Zannou ha hurgado en sus experiencias personales, tras mudarse hace nueve años del barrio madrileño de Carabanchel a Barcelona para estudiar cine y porque su vida se había vuelto “demasiado compleja”. En “El truco del manco” no sólo relata lo vivido sino “también lo que he sufrido, porque he visto experiencias en un vecino o en un amigo”.
En concreto, el director se inspiró en un “colega” manco capaz de hacerse un porro con una sola mano, para crear el personaje central de esta historia, Quique “el Cuajo”. Para plasmar esta historia en la gran pantalla, Zannou ha preferido contar con actores “sin experiencia” o no profesionales.
El drama refleja como “se buscan la vida” los jóvenes en los barrios más humildes de la ciudad y, sobre todo, ha hecho suya una frase que utiliza “El Cuajo” en la cinta: “A mí no me digas que no se puede”.
Finalmente, Santiago A. Zannou ha querido transmitir a través del filme que “el cine no va a cambiar las cosas, aunque sí sirve como pequeño martillo para quitar alguna piedra del muro y que el público vea lo que ocurre fuera”. En concreto, Zannou necesitaba plasmar una idea: “la gente de los barrios marginales está ahí y tiene corazón”.