Begoña Silla - 20/01/2009 Videoycine.tv
El cineasta Carlos Balagué trae a nuestros cines, el próximo 23 de enero, la crónica de la vida de "El Arropiero”, el mayor asesino en serie de la historia criminal de nuestro país.
"Arropiero, el vagabundo de la muerte”, relata la vida de Manuel Delgado Villegas, vagabundo errático que vivía de vender su sangre, y que confesó 48 crímenes, aunque la policía sólo pudo
investigar 22 de ellos y probar su participación en 7, algunos cometidos en Francia e Italia.
Su padre se dedicaba a vender arrope, de ahí recibió su apodo: El Arropiero. Su madre fallece al darle a luz, así que él y su hermana son criados por su abuela. Asiste a la escuela, pero no sabe leer ni escribir.
En 1961 ingresó en la Legión española, donde aprendió un golpe mortal que le ayudó en su carrera criminal. Poco después desertó del ejército y viajó por España, Italia y Francia, dejando tras de sí un rastro de cadáveres. Fue detenido el 18 de enero de 1971 en el Puerto de Santa María.
Tras seis años y medio sin ser juzgado y sin abogado defensor, la Audiencia Nacional ordenó en 1978 su internamiento en un centro para enfermos mentales. En 1998 murió víctima de una enfermedad pulmonar, dejando sin resolver una historia repleta de contradicciones y misterio.
Ante dicha historia, el guionista crítico de cine y director Carlos Balagué, decidió "indagar en las contradicciones entre la policía, la justicia y los psiquiatras que lo atendieron” para llevar a la gran pantalla la crónica de la historia de alguien que "no era el típico delincuente de la cuerda de presos sino alguien que mataba de forma aleatoria, indiscriminada y sorprendente”. De hecho Balagué resalta que "entre las víctimas se encontraban tanto burgueses de doble vida, como hippies, homosexuales inconfesos, prostitutas o mujeres mayores”.
El cineasta Carlos Balagué trae a nuestros cines, el próximo 23 de enero, la crónica de la vida de "El Arropiero”, el mayor asesino en serie de la historia criminal de nuestro país.
"Arropiero, el vagabundo de la muerte”, relata la vida de Manuel Delgado Villegas, vagabundo errático que vivía de vender su sangre, y que confesó 48 crímenes, aunque la policía sólo pudo

Su padre se dedicaba a vender arrope, de ahí recibió su apodo: El Arropiero. Su madre fallece al darle a luz, así que él y su hermana son criados por su abuela. Asiste a la escuela, pero no sabe leer ni escribir.
En 1961 ingresó en la Legión española, donde aprendió un golpe mortal que le ayudó en su carrera criminal. Poco después desertó del ejército y viajó por España, Italia y Francia, dejando tras de sí un rastro de cadáveres. Fue detenido el 18 de enero de 1971 en el Puerto de Santa María.
Tras seis años y medio sin ser juzgado y sin abogado defensor, la Audiencia Nacional ordenó en 1978 su internamiento en un centro para enfermos mentales. En 1998 murió víctima de una enfermedad pulmonar, dejando sin resolver una historia repleta de contradicciones y misterio.
Ante dicha historia, el guionista crítico de cine y director Carlos Balagué, decidió "indagar en las contradicciones entre la policía, la justicia y los psiquiatras que lo atendieron” para llevar a la gran pantalla la crónica de la historia de alguien que "no era el típico delincuente de la cuerda de presos sino alguien que mataba de forma aleatoria, indiscriminada y sorprendente”. De hecho Balagué resalta que "entre las víctimas se encontraban tanto burgueses de doble vida, como hippies, homosexuales inconfesos, prostitutas o mujeres mayores”.
El director de la cinta ha contado, entre otros, con el testimonio del reconocido criminalista Salvador Ortega, que durante tres años viajó junto a "El Arropiero” por toda España, "con una maleta de sumarios por resolver, buscando pistas de los crímenes que cometió”. Viaje en el que se movió junto al asesino por las calles, durmiendo junto a él, y gracias a lo cual la policía pudo probar su participación en siete asesinatos.
Del mismo modo, Balagué incluye entrevistas con los policías y psiquiatras en el lugar de los hechos, así como imágenes del asesino, tanto de su juventud, como de su pronta degradación.
Finalmente, destacar que en la crónica podremos incluso escuchar unas declaraciones de "El Arropiero" en las que explica su particular visión del bien y el mal.