Begoña Silla - 02/06/2009
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El pasado viernes llegaba a nuestras salas la adaptación de uno de los mayores éxitos editoriales de todos los tiempos: "Los hombres que no amaban a las mujeres”.
La obra es la primera entrega de la trilogía ‘Millenium', una saga que
cuenta con millones de copias vendidas y cantidad de fans por todo el mundo.
Un bestseller de Stieg Larsson, quien murió de un ataque al corazón, a los 50 años, pocos días antes de que se publicara la primera entrega.
El libro va más allá del entretenimiento, haciéndote disfrutar con cada una de sus páginas, atrapándote con su trama visual y dinámica, con un relato policiaco, sin apenas bajones de ritmo.
Podría haber sido muy complicado contentar a esos entusiastas seguidores, sin embargo la cinta ha recibido buenas críticas en general.
Condensar en un filme la información contenida en casi 700 páginas es tarea difícil. La película se centra en el caso principal de la novela: la desaparición (y probable asesinato) de Harriet Vanger.
Los personajes, parte crucial en este entramado de suspense (al estilo Agatha Chritie), están bien definidos, destacando al periodista Mikael Blomkvist, y sobre todo a Lisbeth Salander, interpretada por una espléndida Noomi Rapace. Salander sorprende por su gran inteligencia y tenacidad, por su personalidad compleja y su existencia tormentosa.
Algunos personajes a los que la novela dedica páginas y páginas están tratados de un modo más superficial. Pero tanto esta película como las otras dos partes de la trilogía conocerán versión televisiva. Por ello, es muy probable que cosas que se echan de menos en los montajes para el cine, aparezcan en esas versiones para televisión.
La mayoría de las críticas hablan de "una extraordinaria dirección y un acertado montaje”, pero se quejan del excesivo metraje (más de 150 minutos).
La cinta, dejando a un lado la idea ‘adaptación', consigue alzarse con identidad propia, convirtiéndose en una película entretenida e interesante, en un ejercicio de cine negro, que juega con las expectativas del espectador.
El pasado viernes llegaba a nuestras salas la adaptación de uno de los mayores éxitos editoriales de todos los tiempos: "Los hombres que no amaban a las mujeres”.
La obra es la primera entrega de la trilogía ‘Millenium', una saga que
cuenta con millones de copias vendidas y cantidad de fans por todo el mundo.Un bestseller de Stieg Larsson, quien murió de un ataque al corazón, a los 50 años, pocos días antes de que se publicara la primera entrega.
El libro va más allá del entretenimiento, haciéndote disfrutar con cada una de sus páginas, atrapándote con su trama visual y dinámica, con un relato policiaco, sin apenas bajones de ritmo.
Podría haber sido muy complicado contentar a esos entusiastas seguidores, sin embargo la cinta ha recibido buenas críticas en general.
Condensar en un filme la información contenida en casi 700 páginas es tarea difícil. La película se centra en el caso principal de la novela: la desaparición (y probable asesinato) de Harriet Vanger.
Los personajes, parte crucial en este entramado de suspense (al estilo Agatha Chritie), están bien definidos, destacando al periodista Mikael Blomkvist, y sobre todo a Lisbeth Salander, interpretada por una espléndida Noomi Rapace. Salander sorprende por su gran inteligencia y tenacidad, por su personalidad compleja y su existencia tormentosa.
Algunos personajes a los que la novela dedica páginas y páginas están tratados de un modo más superficial. Pero tanto esta película como las otras dos partes de la trilogía conocerán versión televisiva. Por ello, es muy probable que cosas que se echan de menos en los montajes para el cine, aparezcan en esas versiones para televisión.
La mayoría de las críticas hablan de "una extraordinaria dirección y un acertado montaje”, pero se quejan del excesivo metraje (más de 150 minutos).
La cinta, dejando a un lado la idea ‘adaptación', consigue alzarse con identidad propia, convirtiéndose en una película entretenida e interesante, en un ejercicio de cine negro, que juega con las expectativas del espectador.
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